Carta abierta de COAG y CPE a la Comisión Europea sobre la consulta de la legislación europea relativa a la comercialización de las semillas en el marco del proceso «Better Regulation»

25 de Marzo 2008

¿Una consulta realmente democrática?

Un gabinete de estudio privado actualmente está encargado de efectuar
consultas para luego presentar propuestas de modificación y simplificación de
los reglamentos comunitarios sobre la comercialización de las semillas. Un
cuestionario se puso en línea para supuestamente «consultar» las partes
interesadas.

Nosotros, organizaciones campesinas de más de 20 países europeos, denunciamos
el carácter poco democrático de este proceso consultivo. Las cuestiones de la
conservación, los intercambios y el comercio de las semillas conciernen
directamente a millones de campesinas y campesinos en Europa, así como a
millones de hombres y mujeres que cultivan un jardín hortícola. La
conservación de la biodiversidad vegetal es por otra parte un tema que se
refiere a todas y todos los ciudadanos, puesto que sin diversidad de las
especies vegetales cultivadas, el futuro mismo de la humanidad está en
peligro.

El tipo de consulta establecido (cuestionario por Internet) no permite de
ninguna manera la implicación de todos los protagonistas interesados. Por una
parte, la gran mayoría de las campesinas y de los campesinos europeos no
disponen de Internet. Por otra parte, el cuestionario debe llenarse en
inglés, con exclusión de todas las demás lenguas practicadas en la Unión
Europea. Por último, el lenguaje utilizado en el cuestionario excluye de
hecho la participación de todos aquéllos que, interesados intensamente por la
conservación y los intercambios de las semillas, no disponen de los
conocimientos técnicos y legales de la legislación europea de semillas.
Las personas más concernidos por esta legislación – los pequeños productores
de los países de Europa Central y Oriental recientemente entrados en la UE y
dónde se ha conservado una enorme diversidad de las especies vegetales
cultivadas – son los que, por la forma de la consulta, menos pueden emitir su
punto de vista.
Este tipo de consulta supuestamente democrático sólo permite en realidad la
participación de las industrias interesadas en el comercio de las semillas y,
en una menor medida, de algunas ONG disponiendo de los recursos humanos y
financieros necesarios para seguir los procesos legislativos europeos. Así,
el resultado de esta consulta es desde el principio sesgado por su forma
propia. Una vez más, todo hace pensar que no será el interés general que se
oirá, sino más bien el interés de algunas multinacionales de semillas que
imponen su ley a los burócratas de la Unión Europea.

Por estas razones, elegimos deliberadamente no responder bajo la forma del
cuestionario impuesto, pero emitir nuestro punto de vista por medio de una
carta abierta.

El papel de la legislación: Proteger la biodiversidad y los derechos de los
campesinos

La legislación europea sobre la comercialización de las semillas hasta ahora
tuvo por objetivo y papel principal de aumentar el monopolio de un número muy
reducido de industrias de semillas sobre la biodiversidad cultivada en
Europa, para garantizarles elevadas rentas y una competitividad internacional
fuerte.

Con relación a los desafíos que constituye la biodiversidad cultivada para
nuestro futuro común, los objetivos perseguidos por la legislación europea en
cuanto a la comercialización de las semillas deben revisarse profundamente.
La legislación europea de la comercialización de las semillas debería tener
por objetivos principales la promoción de la biodiversidad cultivada y el
respeto de los derechos de los campesinos tales como se definen en el Tratado
Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la
Agricultura (TIRPAA).

La biodiversidad cultivada, es decir, utilizada en los campos y los jardines
en todos nuestros territorios, y no conservada en los congeladores de los
bancos de genes, es indispensable para garantizar la adaptación de las
plantas a los cambios climáticos ya en curso, y así garantizar la
alimentación de las generaciones futuras.

Esta biodiversidad cultivada fue desarrollada y sin cesar renovada por las
campesinas y los campesinos desde hace milenios. En la actualidad, está en
peligro a causa de la destrucción masiva de las campesinas y campesinos en
Europa y en el mundo y a causa de la privatización creciente de las semillas,
que un puñado de empresas multinacionales se apropia mediante derechos de
propiedad intelectual (patentes o certificados de obtención vegetal). Los OGM
y la contaminación genética forman parte de los medios utilizados por estas
industrias de semillas para imponer su monopolio sobre las semillas
cultivadas y así asegurarse de un mercado cautivo enorme.

Para mantener la biodiversidad cultivada, es esencial reconocer y hacer
respetar los derechos de los campesinos tales como se definen por el TIRPAA,
del cual la Unión Europea es signatario: «el derecho a conservar, utilizar,
intercambiar y a vender las semillas producidas a la explotación» y el
derecho para los campesinos a participar en las decisiones sobre las
cuestiones relativas a la conservación de la biodiversidad (artículo 9). Por
otra parte, para que las campesinas y los campesinos sigan desempeñando su
papel fundamental en la conservación de la biodiversidad cultivada, es
indispensable que los derechos de los campesinos no se limitan a derechos en
cuanto a las semillas, sino que incluyen también derechos en cuanto al uso de
los otros recursos productivos (agua y tierra entre otras cosas), el derecho
a comercializar la producción de la agricultura campesina (a menudo impedido
por una política agrícola que controla los mercados en la Unión Europea (en
particular, por herramientas de control de la producción) y frente a los
terceros países (protecciones aduaneras). En otros términos, la soberanía
alimentaria es indispensable para la conservación de la biodiversidad
cultivada en Europa.

En consecuencia, pedimos a la Unión Europea de:

– reconocer y hacer respetar el derecho de los campesinos y jardineros
aficionados a conservar, a utilizar, a intercambiar y a vender las semillas
reproducidas en la explotación
(o en los jardines), tanto para las variedades
inscritas al catálogo como no, y de participar en las decisiones europeas y
nacionales relativas a la conservación de la biodiversidad cultivada.

– establecer catálogos para las variedades «de conservación», con criterios
de inscripción flexibles, abierto gratuitamente a toda variedad que no o ya
no se inscribe al catálogo, adaptados a las necesidades de las agriculturas
campesinas a escasos insumos

– establecer una moratoria sobre la comercialización y el cultivo de semillas
de variedades genéticamente modificadas (OGM).

– hacer obligatorio la indicación para depósito de un COV y para la
inscripción al catálogo del origen de las variedades y métodos de selección
utilizados.

Contactos
CPE: Guy Kastler, +33 603945721
COAG: Andoni Garcia, + 34 636 451 569

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