Los principales bancos de recursos genéticos agrícolas entran en el Tratado internacional

16 de octubre de 2006, Roma – Las más importantes colecciones de recursos genéticos de los principales cultivos alimentarios y forrajeros del mundo han quedado bajo la tutela del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, garantizando que los genetistas, los agricultores y los investigadores tengan acceso a estos recursos en igualdad de condiciones y compartan los beneficios derivados de su uso.

Con este objetivo y en coincidencia con la celebración del Día Mundial de la Alimentación en la sede de la FAO, su Director General, Jacques Diouf, firmó en nombre del Órgano Rector del Tratado Internacional acuerdos con los centros internacionales de investigación agrícola que poseen colecciones ex situ (fuera de su ámbito natural, ndr) de unas 600 000 muestras de los más importantes recursos genéticos en alimentación y agricultura.

“Países de todo el mundo necesitarán echar mano de estas colecciones para responder al aumento de los problemas medioambientales, como el cambio climático o nuevas plagas y enfermedades animales, y ser capaces de alimentar una población que crece con rapidez”, aseguró Diouf.

“Estos genes son la materia base para el desarrollo de nuevas variedades de plantas que se adapten mejor a nuestras necesidades y las características de nuestros ecosistemas”, añadió.

El Tratado internacional, aprobado por la Conferencia de la FAO en noviembre de 2001, entró en vigor el 29 de junio de 2004. Hoy cuenta ya con 105 países miembros más la Comunidad Europea. Sus principales objetivos son asegurar que los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura, que son vitales para la supervivencia de la humanidad, se conserven y usen de forma sostenible, y que los beneficios obtenidos de ellos se repartan de forma justa y equitativa.


La biodiversidad amenazada

La biodiversidad agrícola, de la que depende la producción de alimentos, ha sufrido un fuerte deterioro debido a los efectos de la modernización de la agricultura, los cambios en el medio ambiente y el aumento de la densidad de población.

Desde los albores de la agricultura, los campesinos de todo el mundo han desarrollado más de 10 000 especies de plantas para usar en la producción de alimentos y forrajes.

Hoy en día, tan solo 150 cultivos alimentan a la mayor parte de la población mundial, y de ellos el arroz, trigo, maíz y patata proporcionan en conjunto más del 60 por ciento de la energía calórica procedente de las plantas.

Se calcula que tres cuartas partes de la diversidad genética que se encuentra en los cultivos agrícolas se ha perdido durante el último siglo, en una erosión genética que aún no se ha detenido.

Un ejemplo de la vulnerabilidad genética de las nuevas variedades agrícolas puede observarse en la amenaza que supone para la producción comercial de bananas el hongo conocido como “sigatoka negra”, ya que las cinco principales variedades comerciales de banana existentes derivan de una misma variedad original de esta planta.

El Tratado internacional, y el acuerdo firmado hoy en la FAO, son una respuesta directa a este tipo de amenaza.


Un capital mundial

“El tema del Día Mundial de la Alimentación para este año es invertir en la agricultura para la seguridad alimentaria”, señaló Diouf. “Estas colecciones de material genético representan una importante inversión para la comunidad internacional. Son un capital mundial del que todos podemos ahora sacar provecho”.


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Teresa Buerkle

Oficina de prensa, FAO

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