Galicia: Sementar, sementarei

bancosemillas.jpeg¿Te gustaría plantar el tomate “negro de Santiago” y no sabes donde encontrarlo?, pues un buen lugar pueden ser los bancos de semillas. Estos espacios o redes se configuran como guardianes de estas variedades locales y tradicionales.

La biodiversidad solo podrá garantizarse si somos capaces de asegurar y mantener ese variedad tan rica que existe de semillas. Por tanto, iniciativas como las redes de intercambios de semillas lo que ahondan es en recuperar ese conocimiento materializado en las semillas y poder articular una red en la que compartir diferentes tipo y variedades de plantas.

El modelo ha de ir por supuesto por la vía de P2P en donde uno recoge semillas pero y también ha de aportarlas, es decir, no ser un parasito, debe existir un feedback; y que exista un verdadero intercambio

(Vídeo de Fuxan os Ventos: Sementeira)

La importancia de esto radica en la necesidad de no estar condicionados a los intereses de las macro corporaciones que monopolizan la distribución y producción de esas semillas, y por tanto hacen a la agricultora dependiente de los intereses de estas entidades. La autonomía de la agricultora es fundamental en tanto es ella la que la final, con su conocimiento, la que sabrá que semillas ha de usar en función del terreno en el que plante, el clima, etc. La uniformidad no es más que un paso en ese intento de homogeneización al que nos abocan desde la globalización.

Asi proyectos como el Banco de Intercambio de Semillas http://www.bancodesemillas.org/ que se desarrolla en el Intermediae (Matadero, Madrid) no hacen más que materializar esa idea de mantener un mundo más rico y diverso, donde la diferencia sea reivindicada como un valor.

Contaba Lidia Senra, labrega e intelectual gallega, que la recuperación de semillas locales y mantenimiento de estas ha de verse como un patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad, pues en ello estamos.

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