La manzana de oro

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TAtndrea Mattioli cuando el tomate llega a Italia le da el nombre de «pomo dIoro» (manzana de oro). Años después los franceses, más poéticos, le dan el nombre de «pomme dIamor» en 1553. Sin embargo, años atrás era conocido en España, que llega procedente de Tenochtitlan, capital azteca, en 1540. No obstante, en todos estos países es considerado como una planta exótica con cierto peligro, pues sus hojas eran venenosas, ya que contienen alcaloides.

Fueron los años y su cultivo y utilización en cenobios y especialmente por los moriscos los que fueron extendiendo su consumo y los recelos que había sobre ellos. Se puede decir que hasta finales del siglo XVII y principios del XVIII no se le considera uno de las hortalizas más consumidas y admiradas, hasta tal punto que Antonio Salsete autor del Cocinero Religioso describió las primeras salsas de tomates de la gastronomía española. Fue a partir del siglo de entonces cuando el tomate se diversifica en la gastronomía española. El tomate se convierte en la hortaliza más consumida y la más apreciada, llegando a existir unas veinte variedades en España de unas 60 existentes en el mundo.

XEN EL CASOx de Extremadura se ha convertido en una región productora de esta solanácea, el tomate, cuya producción es del 80 por ciento de la producción nacional y supone un 6 por ciento del total mundial. Tenemos una gran riqueza en tomate además de ser de excelente calidad. Hoy día no solo existe una importante industria tomatera, sino que la investigación sobre esta hortaliza está en primer orden.

Hace unas décadas, se inició la selección de un tomate tradicional en la Vega de Almería dando lugar al conocido como tomate raf, término que significa «resistente al fusarium» un tipo de hongo dañino. Además de tener unas propiedades organolépticas específicas, es idóneo para su cultivo en invernadero, y excelente para su consumo con solo el tratamiento de cortarlo en rodajas y añadirle un poco de aceite virgen de oliva y unos granos de sal.

Como hemos señalado la investigación respecto a esta hortaliza está en continua evolución. De tal manera, que en la provincia de Huesca, especialmente en la zona de Barbastro, se ha ido evolucionando un tipo de tomate desde el siglo XVIII, en un principio de la mano de los moriscos y después de los propios hortelanos de la zona, cuyas característica de color lo hacen único, es el llamado «tomate rosa». Hoy día se ha retomado su cultivo y su comercialización con una producción excelente que se ha extendido a otras zonas de la península ibérica, como es el tomate rosado de Almonaster la Real de la provincia de Huelva.

Sea como sea, el tomate es esencial en la cocina. Tanto el tradicional como todas aquellas variedades que hoy conocemos, como el de colgar, el de pera, el canario, el tipo ceylan u otros tantos. Con la entrada del tomate raf y últimamente el rosado ha hecho que las variedades y las posibilidades en la cocina sean mayores. A ello le sumamos sus capacidades como antioxidante para la prevención de muchas enfermedades. En realidad un buen tomate con sal regado con el zumo de olivo, no hay otras cosas más refrescante.